“¡Señor, aumenta nuestra fe!”
Por Fabiola Veytia
El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice en su parágrafo 143 “Por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios. Con todo su ser, el hombre da su asentimiento a Dios que revela. La sagrada Escritura llama «obediencia de la fe» a esta respuesta del hombre a Dios que revela (cf. Rm 1,5; 16,26).”

Pues bien, por medio de la fe, conocemos los designios de Jesús y podemos profundizar en los Misterios de su Nacimiento, Pasión y Resurrección. Por medio de la fe, encontramos la chispa de amor que nos hace entregarnos enteramente al prójimo para servir y dar mayor gloria a Nuestro Señor. Es mediante la fe —que no solo es esperanza, que encontramos la vocación a la santidad a la que todos estamos llamados. Si obras bien, las consecuencias de ese actuar tendrán frutos positivos que no morirán:
la fe nos hace permanecer leales a los designios que Jesucristo tiene para nosotros.

Junto a la tradición, de la mano del Magisterio de la Santa Madre Iglesia, la fe se consolida como una fuente de Verdad: aquello que Nuestro Señor nos revela y nos tiene preparados, para que nosotros, con esfuerzo y dedicación, podamos conseguirlo.
La fe la recibimos