¿Sabes cómo mejorar la calidad en la alimentación de tu pareja e hijos? ¡Aquí te damos algunos tips!
“Y continuó diciendo: «Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde». Y así sucedió.” Génesis 1, 29-30.
¿Te has dado cuenta de la inmensa cantidad de comida chatarra que consumen tus niños y niñas? ¿Te aterra el saber que tus hijos se gastan sus domingos solo en dulces y refrescos? No te preocupes y mejor ocúpate porque puedes estar todavía a tiempo de evitarles algunos problemas muy serios que desencadena la obesidad. Ten en cuenta los siguientes consejos: 1. Procura un balance vitamínico y proteínico en sus alimentos. Ten en cuenta la pirámide nutricional y elabórales una dieta balanceada semanalmente que tome en cuenta la carga calórica de los alimentos que les cocinas. Recuerda que debes darles de comer proporcionalmente: no esperes que el chiquitín coma como el más grandulón de tus hijos. Modera el uso de aceites y grasas.
2. No vayas al súper con hambre o buscando qué comprar, antes bien, elabora una lista bien pensada sobre qué es lo que más necesitas de acuerdo a tu presupuesto y distribúyelo inteligentemente según te convenga. No porque algunos productos estén de oferta significa que forzosamente tienes que comprarlos, recuerda que lo barato muchas veces sale caro y debes tener en cuenta lo mejor para tu familia, así que elabora una lista de súper con alimentos que estés convencida que no representan sólo una carga calórica inútil solo para saciar un antojo.
3. ¡No descuides su ingesta de frutas y verduras! Es recurrente en la cocina mexicana, sucumbir a las tentaciones de la llamada “vitamina T” (tacos, tortas, tlacoyos, tamales y demás tentempiés), a toda clase de fritangas, que si bien nos pueden parecer deliciosas, juegan un papel negativo en nuestro camino a combatir la obesidad. Come muchos vegetales y también fruta fresca, recuerda que la gran mayoría de ellos tienen un alto contenido de vitaminas, fibra y agua que mejora nuestro metabolismo y nuestros procesos digestivos.
4. Tomen mucha agua, ¡olvídate ya de comprarles refrescos! Haz un esfuerzo por tomar de dos a tres litros de agua diariamente. Si tomas al menos tres o cuatro vasos de agua tras cada comida, aparte de un buen efecto diurético que ayuda a eliminar toxinas, tienes una alta probabilidad de perder peso, tallas y esa grasa que tanto nos incomoda. Preparar aguas de sabor sin azúcar también es un buen medio para eliminar los refrescos paulatinamente de sus hábitos alimenticios. Recuerda que el alcohol tiene un gran contenido calórico y en exceso es muy perjudicial.
5. Disminuye tu consumo de sal y usa azúcares naturales. La sal hace que retengas líquidos y acelera el ritmo cardiaco. Así que procura ser moderado en su consumo. Igual con el azúcar, te recomendamos usar endulzantes naturales como la miel de toda clase de flores, como tila y acacia, por ejemplo.
Te dejamos aquí un vídeo muy ilustrativo en el que se profundiza acerca de la alimentación saludable para nuestros hijos. ¡Esperamos que te guste!: https://www.youtube.com/watch?v=Wr0_wULJnBE
¿Te has enfrentado a estos dilemas alimenticios al interior de tu propia familia? ¿Cómo has lidiado con ellos? Examina muy bien qué has hecho bien y en qué has fallado y de ser necesario, asiste a algún especialista que pueda auxiliarte y guiarte por la situación que atraviesas. Recuerda que las puertas de la Iglesia siempre estarán abiertas para ayudarte y darte un abrazo que reconforte.
“Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario.” Lucas 10, 7.
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