¡Y nos volvimos a abrazar!
EL AGRADECIMIENTO ES LA MEMORIA DEL CORAZON!!! Lao-tse
Nuestra Madre Santísima de Guadalupe allanó todos los caminos para que en su casa tuviéramos la Bendecida oportunidad de reunirnos, y así dar inicio a la celebración del Jubileo rumbo a los 50 años de la formación de AMSIF.

Los brazos se extendieron, para fundirse en un eterno saludo; las sonrisas no cesaron con el reconocimiento del estar ahí presentes, y las lágrimas aparecieron uniéndose al AGRADECIMIENTO por la bendita oportunidad de llegar a ese lugar sagrado. El color blanco y el azul se conjugaron en un himno de AMOR, de una Espiritualidad que hermana, hablando un solo idioma, ese idioma que ha transformado vidas, ese mismo idioma que nos ha sido enseñado desde el día uno en que dijimos “SI” y formamos parte de este hermoso Apostolado. Y allí estaba ella, majestuosa, Nuestra Madre de Guadalupe, al pie del altar, esperando a sus hijas en una procesión que fue identificada por la presencia de una hilera de estandartes, albergando el origen de 32 Regionales presentes, provenientes de diferentes partes de la República Mexicana y de los Estados Unidos.

365 almas que por carretera y aire llegaron puntuales a este encuentro.
Como no estar AGRADECIDA!
Que enorme regalo fue vivir la Eucaristía, cada signo afianza lo que somos en este Apostolado. Ayúdanos a celebrar Madre mía, con un corazón AGRADECIDO, pero también con un corazón COMPROMETIDO, los primeros 49 años de AMSIF; así inicia la hermosa homilia el Padre Jorge Silva, nuestro Asesor Internacional; Carmelita nos ha convocado, prosiguió, ella ha encabezado esta peregrinación presencial y virtual, donde un ramo de rosas que se dio como ofrenda, es nuestro homenaje de GRATITUD; cada rosa espiritual enfatizo el Padre, representa a cada Coordinadora Regional, a cada Coordinadora Nacional e Internacional que han experimentado en sus manos el gozo y la alegría, la responsabilidad y el temor de custodiar y compartir este bello carisma a favor de la mujer.
